Según la OMS, El consumo de tabaco mata cada año a casi 6 millones de personas, una cifra que se estima aumentará hasta más de 8 millones de fallecimientos anuales para el 2030 si no se intensifican las medidas para contrarrestarlo.
El 31 de mayo se celebra el Día Mundial Sin Tabaco, una efeméride promulgada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 1987, con el objetivo de informar y concientizar a las personas sobre los efectos nocivos y letales del consumo de tabaco y de la exposición pasiva al humo de esta sustancia.
Incompatibilidad pandémica
El tabaco es perjudicial para todos: causa enfermedades, muertes, empobrece a las familias y debilita las economías nacionales, por el aumento del gasto sanitario.
Precisamente, en el contexto de pandemia resulta aún más nefasto su consumo. De hecho, la OMS señaló el año pasado que los fumadores tienen 15 veces más probabilidades de desarrollar síntomas graves en caso de padecer COVID-19, en comparación con los no fumadores.
En concreto, el tabaquismo deteriora el pulmón, lo que dificulta que el cuerpo luche contra el virus pandémico, aumentando por tanto el riesgo de muerte. Sin duda, una razón de peso para masificar las medidas para eliminar el tabaquismo.
Programa de Adicción al Tabaco
Para combatir el consumo de tabaco, desde Grupo Cetep, el equipo de Trabajo y Estudio Feliz ha desarrollado el Programa de Adicción al Tabaco con el objetivo de reducir el consumo y el daño que causan los cigarrillos en los colaboradores de las distintas empresas.
Bárbara Bornscheuer, experta en adicciones de Trabajo y Estudio Feliz, destaca que uno de los beneficios de dejar de fumar es “mejorar la salud física y mental, tanto a corto como a largo plazo. Los colaboradores notarán cambios a los pocos días como la recuperación del olfato y el gusto”.
A largo plazo, los colaboradores de las diferentes organizaciones reducirán el riesgo de sufrir cáncer, problemas al corazón y respiratorios, y contribuirán también a crear un ambiente más saludable.
Es importante señalar que la duración de este programa tiene como mínimo 6 meses y es llevado a cabo por un Psicólogo experto en Adicciones.
Este tipo de programa, de enfoque integral y multidisciplinario, es una prueba de que las empresas pueden asumir un rol activo en el cuidado de la salud de sus colaboradores. Ofrecer alternativas para el tratamiento y disminución de consumo del tabaco, puede ser clave en el mejoramiento de la calidad de vida de quienes integran las organizaciones.